martes, 10 de abril de 2007

Mónica Lairana

Me alquilo para sufrir

“Llegué a El desierto negro por un casting —cuenta Mónica Lairana—. Primero lo hice un día en que estaba con un ataque: tenía las valijas hechas para viajar con El cielito a un festival tipo en Arabia Saudita o algo así, y casi que esperaba un llamado para salir corriendo al aeropuerto. Fui en ese estado y no me quedé conforme, así que volví al otro día y pedí hacerlo otra vez. Y fue buenísimo, porque me eligieron”.
El western gauchesco de Gaspar Scheuer se verá en la competencia internacional, pero no será la única aparición de Mónica en las pantallas del BAFICI: sus rasgos particulares, su cuerpo esta vez considerablemente expuesto ocupa la totalidad de 8cho, el corto de Paulo Pécora que puede leerse —oigan revistas del corazón— como una declaración de amor fílmico (algo perturbada, es cierto). Paulo parece decirle: mi cámara te ama; pero nosotros sabemos que en la vida real son novios, que ella tendrá un papel en su primer largo, y preferimos tomarlo como una declaración de amor a secas, incluso olvidando que su personaje es de una tristeza, una angustia y una paranoia bastante inquietantes. Claro que Mónica ya desde El cielito, de María Victoria Menis, ha dado muestras de talentoso sufrimiento.
“Yo no pensé que el personaje de El desierto negro iba a quedar tan sufrido… lo veía más polentoso”. ¿Y por qué será que la eligen para personajes así? “¡No lo sé!”, lanza una carcajada. “Ah, no, esperá, hay una película donde no: Mentiras piadosas, de Diego Sabanés. No es un papel muy importante, pero es luminoso y sin ningún conflicto. Me gusta el contraste. Espero que vengan más personajes así”.
Cuenta que después de estas varias películas el problema del lenguaje del cine la tiene fascinada: “Vos podés estudiar teatro, estudiar técnicas corporales, pero ¿cómo hacés para aprender qué tan importante es que sepas de lentes para favorecer tu laburo? Y no sé por qué se suele dejar tan aparte al actor. ¿Por qué los actores no recibimos guión técnico? Para mí es importante saber si va a ser un primerísimo primer plano o me vas a estar tomando tipo cucaracha allá en el fondo. Yo siento que por este lado hay un camino de aprendizaje enorme. Favorece mucho saber dónde uno se mueve”.

Haciendo Cine | Abril 2007

No hay comentarios: