jueves, 5 de abril de 2007

Sergio Delgado

Estela en el monte
(Beatriz Viterbo Editora)

Estela en el monte narra en paralelo dos diarios de expedición en tierra desconocida. En el primero un grupo de colonos de la provincia de Santa Fe —irlandeses, franceses, ingleses cuyos hijos serán ya argentinos— avanza hacia el norte para dar a los indios montaraces una lección ejemplar; corre 1875, poco después saldrá Roca con medio ejército para dar la definitiva. Vislumbran que sólo el que ha enterrado aquí uno de los suyos, y algo propio ha dejado morir puede fundirse verdaderamente con el paisaje.
En el otro diario, un descendiente lejano de esos colonos emigra a Francia con mujer e hijo para dar clases en una pequeña universidad, como nos consta que hizo el propio Delgado ese mismo año de 1999; el manuscrito de la expedición de 1875 cruza el océano con él. Lo lee y corrige por respeto y luego en memoria del tío Duglas, que ha custodiado el texto hasta encargárselo. Rápidamente se descubre él también nuevo colono siguiendo otra estela en otro monte: día a día, en la inapelable construcción del hábito, se dirime la batalla de la apropiación. “¿Es que en algún momento una ciudad se vuelve interior?”. Ni el relato idílico de las lejanas patrias hospitalarias ni la penuria del que yira sin tierra, versiones de un mismo tema para cada cambio de siglo; a cambio, la violencia íntima o pública en el origen de toda pertenencia.
Como en la ficción de otros lectores de oficio como Piglia o sobre todo Sylvia Molloy, cuya novela El común olvido es en algún sentido comparable, la prosa de Sergio Delgado avanza impulsada por el infinito reguero de sentido que va produciendo. Y como siempre, la absoluta fascinación por la ambigüedad constitutiva de la experiencia —esa masa informe de sentidos latentes— sólo puede expresarse en la necesidad de decidirla, de sacarle a la fuerza su verdad —en última instancia de destruirla como tal. Tarea utópica, por supuesto; pero que revela de paso que el ejercicio de la lectura (o de la mirada en general) es a la vez un acercamiento al mundo y un refugio de él.

312 páginas


Inrockuptibles Abril 2007

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