miércoles, 11 de julio de 2007

VIOLETA URTIZBEREA
El artista cachorro
Niña prodigio en el Magazine For Fai de papá Mex, Violeta Urtizberea encuentra la mayoría de edad probando suerte en el teatro, asentándose en la tele y —¡sobre todo!— poniendo un pie en el cine.
Cuando era chica, su madre actriz y su padre músico, muy jóvenes y además rápidamente divorciados, no eran lo que en la puerta de los jardines de infantes se entiende por familia. “Mi mayor deseo era que mi mamá fuera amiga de las madres que estaban en cooperadora. No quería sobresalir en nada. De chico querés tener todo lo mismo que los demás”. Papá Mex no era conocido, todavía era músico, no hacía tele, “pero se vestía raro… y no se enganchaba con los otros padres”. El ciudadano común se imagina su casa como un permanente Magazine For Fai: “Sí, yo me la pasaba actuando, pero todos los chicos hacen sus gracias y se las muestran a los padres. Y no te creas que me lo festejaban siempre”. Hacia los 8, a la hora de estimularla —esa tarea que los padres progres no consideran nunca suficientemente cumplida—, la mandaron a estudiar teatro con Nora Moseinco, pareja por entonces de papá Mex. “Creo que mi papá fue a ver una muestra de teatro de Nora, en donde los chicos actuaban de grandes, como suele suceder en una clase de teatro, y se empezó a imaginar el mundo de Magazine For Fai”. Es la otra pertenencia ilustre de Violeta —además del clan Urtizberea—, que en este caso la une a antiguos niños actores devenidos actores a secas: Julieta Zylberberg, Martín Piroyansky, etc. “Había una estructura con tres pautas para que no fuera un caos, pero después era todo improvisado por nosotros. Era un club. Era muy divertido”. Durante tres temporadas, Mex exprimió la imaginación delirante de los niños en lo que Alan Pauls consideró “un programa político y anarquista”. Cuando terminó, Violeta tenía 14; a los 16 dejó el anarco-moseinquismo por Julio Chávez: “Nora te da mucha confianza para mandarte. Cada tanto pienso que debería volver un año con ella, porque siempre está el riesgo de que te agarren prejuicios. Pero necesitaba también algo un poco más teórico, más bajado a tierra. No todo es me-tiro-a-la-pileta-y-hago-cualquier-cosa”. Igual ella parece más lanzada que ascética: hizo tele (Locas de amor o Soy tu fan entre una decena), hizo teatro (sobre todo Lucro cesante de Ana Katz y ahora mismo Reproches constantes de Santiago Gobernori), y por fin la misma Katz, que también estudió con Chávez y que reconoce en los actores de Moseinco una enorme capacidad para disfrutar el trabajo, la participó con un papelito en Una novia errante: es la hermana cargosa que en la tristísima escena final invita a la protagonista a sumergirse derrotada en las aguas de la infancia. “Los pibes tienen una imaginación que no lo podés creer. Te tiran cualquiera, no les importa nada”. Y no lo dice porque fue una niña imaginativa en Magazine For Fai, sino porque ahora los sábados, junto con Luciana Lifschitz, le toca a ella fomentar el anarco-infantilismo dando clases para chicos en un centro cultural de Balvanera.

Haciendo Cine | Julio 2007

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